CON INFORMACION DE EFECTO COCUYO/THE WASHINGTON POST. FOTO Andrea Hernandez Briceno-The Washington Post
Una investigación del diario estadounidense The Washington Post reveló que cerca de 1.200 niños venezolanos permanecen bajo la custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar al no haberse podido localizar a sus familiares en ese país ni en Venezuela.
De acuerdo con testimonios de funcionarios, los niños pasan más tiempo de lo que dicta la norma (18 meses), a cargo del sistema de bienestar familiar. La búsqueda formal de parientes fuera de Colombia ha sido complicada, según el reportaje, debido a la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países desde febrero de 2019.
«Esto ha provocado que algunos funcionarios del gobierno y empleados tomen el asunto en sus propias manos, rastreando a las familias en Facebook, a pesar de que tienen prohibido usar las redes sociales en las oficinas gubernamentales. Algunos le dijeron al Post que han llevado personalmente a niños a través de un puente sobre la frontera con Venezuela para encontrarse con sus familiares», se lee en el trabajo de investigación.
Otros defensores de familia optan por no admitir a adolescentes venezolanos en el sistema de bienestar familiar y permitirles seguir viviendo en Colombia por su cuenta.
¿Me conoces?
La directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Lina María Arbeláez Arbeláez, declaró al Post que el organismo incrementó la inversión de fondos en la niñez venezolana. También lanzó el sitio web “¿Me conoces?”, donde hay fotos de los niños que permanecen en el sistema.
«Te voy a hacer una pregunta. Si devolvemos a esos niños, sabiendo las condiciones en las que está Venezuela, ¿Quién nos garantiza el bienestar de ese niño? Las convenciones internacionales nos dicen que siempre que haya una brecha, o un riesgo, no hay que devolver a ese niño», dijo al medio.
Ante el limbo en el que se encuentran los menores de edad venezolanos, Colombia, de acuerdo con el medio, ha decidido optar por lo que ve como una solución: iniciar el proceso para que estos niños sean elegibles para la adopción. Otorgarles la nacionalidad colombiana es el primer paso, lo que permitiría que en principio, que 235 niños, puedan ser colocados en el seno de nuevas familias de forma permanente.
La administración del presidente Iván Duque avanzó en un proyecto de ley en el Congreso que otorgaría la ciudadanía colombiana a los niños migrantes que ya están dentro de las instituciones de bienestar familiar, pero la iniciativa legislativa fue paralizada.
«Un portavoz de la dependencia dijo que los legisladores no tenían la intención de dar a estos niños en adopción», se lee en el reportaje.
La Cruz Roja ayuda
En 2019, de acuerdo con el reportaje, el gobierno colombiano solicitó al Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) que ayudara a reunir a los niños venezolanos con sus familias. Pero la organización ha hecho pocos avances. Dice que ha establecido contacto con las familias de 64 niños y que ha reunificado a cinco.
El Cicr busca parientes activando una red de lazos familiares, utilizando bases de datos estatales y consultando con iglesias, líderes comunitarios y otros que puedan tener pistas, dijo Rafael Barrantes, coordinador adjunto del programa de protección a personas separadas o desaparecidas en Colombia. Pero el éxito de una búsqueda puede depender de la información que un niño pueda proporcionar sobre su familia.
Una de tantas historias
The Washington Post relata la historia de un niño venezolano llevado a Bogotá por su madre, quien lo tuvo a los 16 años, y fue abandonado. Lleva en el sistema de bienestar familiar casi dos años.
«Los funcionarios de la dependencia le habían dicho a la Corte Constitucional del país que habían hecho todo lo posible para encontrar a la madre y que no habían tenido éxito. Tampoco pudieron ubicar familiares en Venezuela para cuidarlo. Ahora, la defensora de familia del niño le pedía al tribunal que lo convirtiera en ciudadano, un primer paso para poder darlo en adopción», reseñó el Post.
El medio cuestiona las declaraciones de las autoridades neogranadinas, puesto que una búsqueda en redes sociales permitió la ubicación de los parientes en Venezuela en menos de una semana. Ellos aseguran que nunca fueron contactados desde Colombia y que en una oportunidad la tía de la madre del niño estuvo a punto de encontrarse con ella para tratar de recuperar al niño que hoy día cuenta con seis años de edad.
La familiar del pequeño identificada como Neyda Josefina Guanipa, contó que tras acordar el encuentro con la madre, esta dejó de responder sus llamadas y tampoco envió el dinero que costó el viaje desde Venezuela, por lo que tuvo que regresar al país.
«Es uno de los cerca de 1.200 niños venezolanos que están atrapados en un sistema de bienestar infantil que no ha querido o no ha podido encontrar a sus familias, bajo un gobierno que no tiene relaciones diplomáticas con el vecino país».
La familia dijo al medio que quiere al niño de vuelta. El padre intentó recuperarlo antes de la pandemia pero no pudo porque su nombre no aparecía en el acta de nacimiento del pequeño.
«Su familia lo quiere devuelta»
«Nada estará a mi favor. No tengo familia aquí. Vivo en un lugar que no es apto para un niño. En ese momento (2019), yo pensaba que era lo mejor para él» explicó al Post la madre del niño, ahora de 22 años, con lágrimas en su rostro.
Si quería recuperar al niño, según un trabajador de bienestar familiar, necesitaría que un pariente viniera a Colombia para demostrar que tendría un sistema de apoyo en el país para ayudarla a cuidarlo. No volvió a la oficina de bienestar familiar.
Cruzó a Colombia por la frontera terrestre, huyendo de la crisis venezolana, pero los trabajos que consiguió en ese país no le permitían ni pagar el alquiler. Salió embarazada de nuevo y optó por dejar que se llevaran al niño. Su otra hija también ingresó al sistema.
El pequeño estuvo casi dos años viviendo con una familia de acogida y en una casa hogar cuando su caso llegó hasta la Corte Constitucional. En julio de este año, la Corte Constitucional le dio a la agencia de bienestar infantil tres meses para agotar todos los recursos para encontrar a la familia. De lo contrario, dijo, el niño podría ser colocado en el sistema de adopción.
En Punto Fijo, estado Falcón, Venezuela, la famila, con apenas recursos para mantenerse, encabezada por la bisabuela, Yoleida Guanipa de 67 años, espera el regreso del pequeño.
«Niños dejados en el limbo«
El Post también relata que un mes antes de que Nicolás Maduro rompiera relaciones diplomáticas con Colombia en febrero de 2019, funcionarios de la Cancillería de Venezuela viajaron al vecino país con boletos de avión y autobús para 12 niños identificados por las autoridades entre 2017 y 2018, según documentos revisados por el medio.
También regresaron con las manos vacías después de tres días ante la negativa de las autoridades neogranadinas a entregarlos. El argumento fue que Venezuela no podía garantizar el bienestar de los niños. Los funcionarios venezolanos acusaron al gobierno colombiano de usar a los menores como «peones» del conflicto político entre ambos países.
«Detrás de todo esto hay un asunto diplomático y político complicado (…) Venezuela podría decir que estamos secuestrando niños. Pero si los devolvemos, también podemos ser acusados internacionalmente por no velar por las condiciones de esos niños», advirtió el excoordinador del Grupo Especial de Niñez Migrante en el Instituto de Bienestar Familiar, Felipe Cortés.
Se espera que con el restablecimiento de relaciones diplomáticas, a partir de la toma de posesión de Gustavo Petro, este domingo 7 de agosto, las gestiones para localizar a las familias de los niños en Venezuela, puedan facilitarse.
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